'Lisa Lyon' (1982) de Robert Mapplethorpe integra la imperdible muestra de este fotógrafo que se exhibe en la Galería Elvira González de Madrid, hasta el 19 de julio. © RobertMapplethorpe Foundation. Used by permission. 

"Todo" es la respuesta que me da una amiga, citando algo que alguna vez leyó en un libro para niños. "Puede ser 'todo' pero también lo contrario", aclara.

What the hell... 

¿Qué queremos? ¿Qué más quiere Céline (Julie Delpy) que le confiese Jesse (Ethan Hawke) para seguir disparándole sus 'verdades' de insatisfacción? Hablamos de la última parte de la trilogía del amanecer, el atardecer y el anochecer de Richard Linklater, escrita e interpretada por la Delpy y Ethan Hawke. 

Si la semana pasada dejábamos, aquí, esta letanía sobre los hombres, justo es que al menos nos preguntemos qué diablos queremos las mujeres. Entonces, ¿qué? Todo y nada, por supuesto. Y la que niegue que de esos vaivenes estamos hechas que lo demuestre en una discusión conyugal.  

Fue, justamente, asistiendo a la lata que le da Céline (el personaje de Delpy) al resignado Jesse (Hawke), cuando se me ocurrió la pregunta que da título a esta entrada. What the hell...

Antes del anochecer, la última película de la saga, actualiza la relación de estos dos que se conocieron en un tren hace 20 años, se enamoraron, se dejaron de ver otros diez y retomaron contacto en la treintena. Ahora, a los 40, lidian con la vida real y las frustraciones ídem, con el tanque del amor lleno de paisajes idílicos del pasado común; incluso de los tiempos en que se podían echar de menos porque vivían en continentes distintos. Habrá que darle la razón a la sexóloga Esther Perel cuando sugiere que la distancia y la independencia alimentan el deseo y que la proximidad continuada suele hacerlo mermar drásticamente.