Una de las noticias que más ha dado que hablar esta semana ha sido la del lanzamiento de la nueva versión de ChatGPT. A pesar de que pienses que no afecta a tu día a día, de que tu sector profesional no va a notar sus efectos o de que no conozcas en profundidad sus posibilidades, seguro que ChatGPT ha aparecido en tus conversaciones de los últimos días.
La principal mejora que introduce la nueva versión es que será capaz de aportar respuestas más fiables, una de las cuestiones que más se le había criticado. Eso es posible básicamente debido a que tendrá acceso a un abanico de datos mucho más amplio, con lo que sus respuestas serán más precisas –y, si se lo pedimos, también más complejas– todavía. Os lo hemos contado con detalle en este artículo.
En consecuencia, Twitter se ha llenado de usuarios que han intentado poner a prueba a la inteligencia artificial. Hemos encontrado retos tan cómicos como poco útiles como el del resumen de El Quijote con las palabras ordenadas por orden alfabético; se le ha preguntado por la viabilidad de la vida humana en Marte o sobre si tiene una buena opinión sobre Adolf Hitler. Y a continuación se le ha pedido que convierta esa respuesta, por ejemplo, en un soneto al estilo de Shakespeare. Y todo lo ha resuelto con extrema solvencia.
Pero más allá de las inevitables críticas y los ineludibles memes, el debate de la inteligencia artificial está claramente sobre la mesa y resulta difícil negar que tendrá implicaciones en todos los sectores de la sociedad. A nivel académico, se abre un enorme horizonte de retos que afrontar, por no hablar del ya mencionado ámbito laboral. No en vano, otra de las demandas más recurrentes que se le han pedido a ChatGPT ha sido: nombra los 20 trabajos que vas a reemplazar y elabora una tabla con el número y nombre de recursos y habilidades humanas que se ahorrarán.
Así respondió ChatGPT.
La respuesta es sorprendente… o quizá no tanto.
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